3. Aprendé a cepillar tus dientes
Tu dentífrico no tiene que ser el más caro. Lo importante es la cantidad de veces que te cepilles y la técnica con que lo hagas. Cepillate después del desayuno, el almuerzo y la cena. (Obvio que lo ideal es después de cada comida!).
El más importante es el de la noche. Por qué? Porque cuando cerrás la boca aumenta la temperatura de la boca y las bacterias proliferan más. Además son siete u ocho horas en las que no tomás nada, no comés ni hablás.
La llamada ‘técnica de bass’ indica que hay que colocar el cepillo a 45 grados. Debe ser blando y pequeño, para que llegue hasta las últimas muelas. No hace falta que realices mucha fuerza, incluso podés lastimarte. Es fundamental limpiar y masajear las encías para combatir la inflamación |